Un tembleque en su definición más simple es una flor artificial hecha en gusanillos de metal y cuentas que se usan en la cabeza y que bailan al compás de cualquier movimiento que realice el cuerpo de la persona que los luce. La función principal que desempeñan los tembleques es adornar la cabeza de la empollerada. Esta, puede usar de doce a quince pares de tembleques sin que se vea recargada, más de esa cantidad no es recomendable, pues hace perder el donaire, sin agregar la molestia que le puede causar a la dama.
Según las investigaciones de ilustres folkloristas panameños, el uso del tembleque ha venido a sustituir las flores naturales que las empolleradas de la antigüedad usaban, por ejemplo Armando Reclús escribe que: “Las empolleradas que él observó cuando estuvo en el istmo, usaban algunas flores naturales en la cabeza". De allí lo que comunmente se veía, y que hasta hoy día podemos observar, a nuestras campesinas que a menudo colocan un clavel sobre la oreja o bajo el ala del sombrero al lucir una pollera o un atuendo folklórico.
Hoy día nuestras empolleradas han adoptado el uso de El tembleque o Flor de Pollera, pero no solamente usan tembleques con diseños florales, y también encontramos imitaciones de insectos y hasta aves. Así pues, podemos encontrar tembleques corrientes de uso popular con imitaciones de flores naturales como los lirios, las chabelitas, las rosas, las hojas, las periquitas de palma, etc, también encontramos imitaciones de insectos, como moscas, libélulas, mariposas, alacranes, ciertas aves como palomas, pavitos y a los animales marinos como caballitos de mar y estrellas marinas.
Para elaborar un tembleque se necesitan materiales como "gusanillos" de metal brillante y cuentas perladas, que pueden ser de cualquier color, y si desea asemejar las perlas deben ser totalmente blancas. Además hemos podido encontrar que hay tembleques elaborados con escamas de pescados y gusanillos con trocitos de sedas brillantes, gusanillos y "rabo de micho (gato)". Aunque es menos frecuente, suelen usarse los de oro y perlas legítimas. La tradición del uso de este tembleque fabricado en oro nos habla de un arreglo en el que entran sólo hasta dos pares, pero no de una cabeza cubierta totalmente con esta especie de flores.
Con sedas se hacen pequeños botones de rosas adornados con hojas hechas en gusanillo y "rabo de micho (gato)", el cual semeja una guirnalda sin flores, erizada de numerosos estambres de metal muy brillante y liviano.
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